Saferia Johnson

Una traducción al español está disponible a continuación.

Photograph of Saferia, from fFacebook.

Photograph of Saferia, from Facebook.

“We told them that God wanted her as an angel with him. But she will always be in their lives and be their guardian angel.” - Tressa Clements

Her name was Saferia Johnson. She grew up in Georgia and was both sweet and loving. She was a great mother of two sons, a beloved daughter, and deeply loved by her family. Although she was the only child, her mother describes her as “everyone’s baby,” “doted on” by all. At only 36 years young, Saferia passed away from coronavirus. She was one of the first to die from COVID-19 at Coleman Federal Correctional Complex near Orlando, Florida. Her mother, Tressa Clements, said to the Miami Herald, “I am sad, heartbroken, in disbelief.” Her life continues to be celebrated and mourned by her family. 

Family photo of Saferia’s graduation, obtained from the Miami Herald.

Family photo of Saferia’s graduation, obtained from the Miami Herald.

At the beginning of July, while serving her time at Coleman Federal Correctional Complex, Saferia began experiencing health issues. With the preexisting health conditions of asthma and diabetes, she asked for a compassionate release. Unfortunately, her request was denied and she remained in the facility. More than a month later, Saferia expressed difficulty breathing and was tested for COVID-19. Though the results came back positive, her family was never explicitly informed of Saferia’s contraction of the virus. As her condition worsened, Saferia was taken to the hospital and placed on a ventilator.

Saferia’s family were notified about her declining condition but not its severity, nor its cause. They rushed to the hospital after driving hours from Thomasville, Georgia. Once they arrived, they were led to the COVID unit and quickly realized Saferia was battling the virus. With a heavy heart and teary eyes, Saferia’s mother cried out to her daughter—whom she had endearingly nicknamed “Rabbit”—and told her to keep fighting. Tressa asked a nurse to sneak in a phone, covered with a rubber glove, so they could talk. Though Saferia’s condition rendered speech difficult, Saferia could feel her mother’s presence, and she shed tears listening to her words of love and encouragement. Although visiting hours ended at 6pm, Tressa stayed until she was forced out at 6:30, continuing her call and praying for her daughter’s health. She stayed up all night, “talking to God.” Tressa called at 8am to check on her daughter; later that morning, at 10:30am, her sister was informed that Saferia had passed away. Tressa’s sister and Saferia’s aunt, Carole Holmes, told Spectrum News: “I believe they killed her. They killed my niece because they did not give her the proper care.” The unjust care Saferia received directly correlated to her death. 

This insufficient care and lack of humanity displayed by the Department of Corrections stole from Tressa a daughter, from Carole a niece, and from Kyrei and Josiah, Saferia’s sons, a mother. Tressa told Kyrei and Josiah that “God wanted [Saferia] as an angel with them. But she will always be in their lives and be their guardian angel.” 

Though no longer on earth, Saferia lives in her loved ones’ hearts forever. We stand with Tressa, Carole, Kyrei, Josiah, and countless others in mourning the passing of a truly wonderful woman and in celebrating her life.

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This memorial was written by MOL team members Gabrielle Smith and Frances Keohane with information from reporting by Cali Terpof at the Miami Herald and by Stephanie Coueignoux of Spectrum News.


Saferia Johnson

Foto de Saferia, de Facebook

Foto de Saferia, de Facebook

“Les dijimos que Dios la quería como un ángel con él. Pero ella siempre será en sus vidas y será su ángel custodio.” -Tressa Clements

Su nombre era Saferia Johnson. Se crio en Georgia y siempre era simpática y amable. Era una mama increíble con dos hijos, una hija querida, y amada profundamente por su familia. Aunque era una hija única, su mama le recuerda como ¨la bebe de los todos, adorada" por todos. A solo 36 años de edad, Saferia dejó este mundo debido del coronavirus. Fue uno de los primeros que se murieron de Covid-19 en Coleman Correccional Complejo Federal cerca de Orlando, Florida. Su mamá, Tressa Clements, dijo al periódico Miami Herald, ¨Soy triste, desconsolada. No lo puedo creer. ¨ Su vida sigue ser celebrado y llorado por su familia.

Foto de la familia de Saferia durante su graduación, obtenido del Miami Herald.

Foto de la familia de Saferia durante su graduación, obtenido del Miami Herald.

Al principio de julio, mientras servía su tiempo en Coleman Correccional Complejo Federal, Saferia empezó a experimentar problemas de salud. Con sus condiciones de salud preexistentes de asma y diabetes, le pidió una liberación compasiva. Desafortunadamente, su pedida fue negada y se permanecía en la facilidad. Mas que un mes luego, Saferia expresó dificultad respirar y fue probada por Covid-19. Aunque sus resultados regresaron positivo, su familia nunca fue informado explícitamente de la contracción del virus de Saferia. Mientras su condición empeoraba, Saferia fue transportado al hospital y fue colocada en un respirador.

La familia de Saferia fue notificado sobre su condición empeorando, pero no de la severidad o su causa. Se apuraron al hospital después de manejar horas de Thomasville, Georgia. Al volver, fueron conducidos a la unidad de Covid-19 y rápidamente se dieron cuenta de que Saferia luchaba el virus. Con un corazón pesado y ojos llorosos, la mamá de Saferia lloraba y llamaba a su hija – quien le había apodado amadamente “Conejo” - y le dijo que siguiera luchando. Tressa le pidió un enfermero colarse un teléfono, cubierto con un guante de goma, para que pudieran charlar. Aunque la condición de Saferia dificultó el habla, Saferia podía sentir la presencia de su mamá, y lloraba escuchando sus palabras de amor y ánimo. Aunque las horas de visitar terminaron a las 6 de la noche, Tressa permanecía en el hospital hasta que fue forzada a salir a las 6:30, siguiendo su llamada y rezando por la salud de su hija. Se quedó despierta toda la noche, ¨hablando con Dios.¨ Tressa llamó a las ocho de la mañana. Luego a las 10:30 de la mañana, su hermana fue informada que Saferia había dejado este mundo. La hermana de Tressa y la tía, Carole Holmes, dijo a Spectrum News ¨Creo que ellos le mataron. Le mataron mi sobrina porque no le dieron cuidado adecuado.¨ El cuidado injusto que Saferia recibió correlacionaba directamente con su muerte.

El cuidado insuficiente y la falta de humanidad mostrada del Departamento de Correcciones robó Tressa de su hija, Carole de su sobrina, y Kyrei y Josiah, los hijos de Saferia, de su mamá. Tressa dijo a Kyrei y Josiah que ¨Dios la quería como un ángel con él. Pero ella siempre será en sus vidas y será su ángel custodio.¨

Aunque ella ya no está en este mundo, Saferia sigue viviendo en los corazones de sus seres queridos para siempre. Respaldamos Tressa, Carole, Kyrei, Josiah, y otros innumerables estados en luto de una mujer maravillosa y en celebrando su vida.

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Este conmemorativo fue escrito por unos miembros de MOL Gabrielle Smith y Frances Keohane con información de un reportaje por Cali Terpof del periódico Miami Herald y de Stephanie Coueignoux de Spectrum News. Traducida por Matthew Elmore Merritt.


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