Joseph Dewhurst
Una traducción al español está disponible a continuación.
Joseph Dewhurst, known to friends and family as Joe, was born on February 10th, 1984. He grew up in Cleveland, Tennessee. Though Joe had been a carpenter and roofer by trade, family and friends said in his online obituary that “his true passion was to be a long haul truck driver.” Joe decided to pursue his true professional calling at the end of his life, graduating from trucking school and receiving his Commercial Driver License.
Joe’s dreams of becoming a truck driver were severed by the Tennessee Department of Corrections, which failed to provide him with adequate healthcare. In late June, Joe tested positive for COVID-19. According to the Bradley County Jail, he soon recovered from the virus and returned to a traditional pod on July 6th, healthy. Just over two weeks later on July 22nd, however, Joe unexpectedly passed away. He was only 36 years old. Joe’s family and friends believe he did not receive proper care; Joe’s eldest sister, Michele Rogers, told the Chattanooga Free Press that “she could hear the fluid in his lungs” when they talked over the phone. “Goes to show that people here are not getting the care they need,” she said.
Though Joe’s reverence for trucks was great, his love for his family and friends—and theirs for him—was even greater. He is survived by his mother and step-father, Connie and Gary Conway; his father, Michael Dewhurst; his long-term companion, Debra King; his six children, Alyssa Porter, Ethan Dewhurst, Hailey King, Gracie King, and Emma King; his brother, Michael Dewhurst; his sisters, Michele Rogers and Kimberly Dewhurst; and a host of admiring nieces, nephews, and friends. Words of love and adoration and stories of laughter and warmth spill out onto Joe’s memorial page. They paint a picture of a beautiful soul, one who was the “kind of person who would take the shirt off his back to help someone,” who “was there for you” no matter what he was doing.
Debra illustrates Joe’s wondrous balance between adoring and mischievous, doting and playful, in her comments on his tribute wall:
“Joe use to lock me out of the car and make me say ‘I love my snukums bear’ before he would meet me back in the car and if he thought people didn’t hear me he would make me say it louder… It’s the little things that may not mean much to others but to us it was priceless… I LOVE YOU SNUKUMS BEAR.”
In a similar vein, Jessicao Chiolo, a childhood friend, wrote:
“You were always my ride or die growing up. We were nothing but trouble together, but that’s what made my childhood so memorable. I can’t count the amount of scars I have because of dumb stuff we were doing, but they were all worth it.”
The thoughtful threads that weave through loved ones’ recollections of Joe converge in their descriptions of him as “always happy” and “smiling,” as a “loving and kind” man who “worked hard” and “took care of his family.” Chris Maldonaldo, a close friend who commented on Joe’s memorial page, recalled: “He was there when you needed him and there when you didn’t and to me that’s a friend.”
When Joe passed away, friends and family—even those who didn’t know him—showed up for him as he had consistently done for them. Bradley County Incarcerated Resolutions, a group that spearheads local advocacy efforts and pays bail for those who cannot afford it, organized a candlelight vigil for Joe and his family. On Sunday, July 26th, dozens of people gathered in the parking lot of the Bradley County Jail. Many wore matching black shirts, their design simple but poignant: a picture of Joe and text that read “Justice for Joe.”
Together, in solidarity with each other and those still incarcerated in the jail, family and friends lit 36 candles and released 36 balloons into the darkening sky to acknowledge and mourn Joe’s youth. During the service, as an evening storm scattered lightning on one side of the sky, a rainbow formed on the other.
Like the rainbow, Joe “was full of light and life and love”; as his sister Michele recalls, he was “someone who brought joy into the world.” We stand with Joe’s family and friends in celebrating but also mourning the life of a wonderful man, one whose death—way before its time—could and should have been prevented. We also stand with Bradley County Incarcerated Resolutions in their work to demand justice and equity. In the darkening storm that is this global pandemic, let us learn from Joe; let us all be rainbows, honoring and remembering those whom we have lost.
This memorial was written by MOL team member Frances Keohane with information from reporting by Wyatt Massey of the Chattanooga Times Free Press, Preston Steger of WRCBtv, Isaiah Kim-Martinez of News Channel 9, and an Obituary Page by family via Jim Rush Funeral Homes.
Joseph Dewhurst
Joseph Dewhurst, conocido por amigos y familiares como Joe, nació el 10 de febrero de 1984. El creció en Cleveland, Tennessee. Aunque Joe había sido carpintero y techador de oficio, familiares y amigos dijeron en su obituario en línea que "su verdadera pasión era ser conductor de camiones de larga distancia". Joe decidió seguir su verdadera vocación profesional al final de su vida, graduándose de la escuela de camiones y recibiendo su licencia de conducir comercial.
Los sueños de Joe de convertirse en conductor de camión se cortaron por el Departamento de Correcciones de Tennessee, que no le proporcionó la atención médica adecuada. Al final de junio, Joe dio positivo por COVID-19. Según la cárcel del condado de Bradley, pronto se recuperó del virus y regresó a una celda tradicional el 6 de julio, sano. Pero, un poco más de dos semanas después, el 22 de julio, Joe falleció inesperadamente. Solo tenía 36 años. La familia y los amigos de Joe creen que no recibió la atención adecuada; La hermana mayor de Joe, Michele Rogers, le dijo a Chattanooga Free Press que "podía oír el líquido en sus pulmones" cuando hablaban por teléfono. “Eso demuestra que la gente aquí no está recibiendo la atención que necesita”, dijo.
Aunque la reverencia de Joe por los camiones era grande, su amor por su familia y amigos—y el de ellos por él—era aún mayor. El es sobrevivido por su madre y su padrastro, Connie y Gary Conway; su padre, Michael Dewhurst; su compañera de muchos años, Debra King; sus seis hijos, Alyssa Porter, Ethan Dewhurst, Hailey King, Gracie King y Emma King; su hermano, Michael Dewhurst; sus hermanas, Michele Rogers y Kimberly Dewhurst; y una gran cantidad de sobrinas, sobrinos y amigos admiradores. Palabras de amor y adoración e historias de risa y calidez se derraman en la página conmemorativa de Joe. Pintan una imagen de un alma hermosa, una que era "el tipo de persona que se quita la camisa de su espalda para ayudar a alguien", que "estaba ahí para ti" sin importar lo que estaba haciendo.
Debra ilustra el maravilloso equilibrio de Joe entre adorador y travieso, cariñoso y juguetón, en sus comentarios en su muro de tributos:
“Joe me trancaba afuera del auto y me obligaba a decir 'Amo a mi oso snukums' antes de volver a encontrarse adentro del auto conmigo y si pensaba que la gente no me escuchaba, me hacía decirlo más alto ... eran la cosas pequeñas que pueden no significar mucho para los demás, pero para nosotros fue invaluable ... TE AMO OSO SNUKUMS."
De manera similar, Jessicao Chiolo, una amiga de la infancia, escribió:
“Tu siempre estabas conmigo hasta la muerte mientras crecimos. No éramos más que problemas juntos, pero eso era lo que hizo mi infancia tan memorable. No puedo contar la cantidad de cicatrices que tengo por las tonterías que hahacíamos, pero todas valieron la pena".
Los pensamientos reflexivos que se entretejen a través de los recuerdos de los seres queridos de Joe convergen en sus descripciones de él como "siempre feliz" y "sonriente", como un hombre "amoroso y amable" que "trabajó duro" y "que cuidaba a su familia". Chris Maldonaldo, un amigo cercano quien comentó en la página conmemorativa de Joe, recordó: "El estaba allí cuando lo necesitabas y cuando no lo necesitabas y para mí eso es un amigo".
Cuando Joe falleció, amigos y familiares, incluso aquellos que no lo conocían, se presentaron por él como siempre lo había hecho por ellos. Bradley County Encarcerated Resolutions, un grupo que encabeza los esfuerzos locales de defensa y paga la fianza para aquellos que no pueden pagarla, organizó una vigilia a la luz de las velas para Joe y su familia. El domingo 26 de julio, docenas de personas se reunieron en el estacionamiento de la cárcel del Condado de Bradley. Muchos llevaban camisas negras iguales, su diseño simple pero conmovedor: Una foto de Joe y texto que decía "Justicia para Joe".
Juntos, en solidaridad con los demás y con los que siguen encarcelados en la cárcel, familia y amigos encendieron 36 velas y soltaron 36 globos al cielo oscuro para reconocer y llorar la juventud de Joe. Durante el servicio, mientras una tormenta vespertina esparcía rayos a un lado del cielo, se formó un arco iris en el otro.
Como el arco iris, Joe "estaba lleno de luz, vida y amor"; como recuerda su hermana Michele, él era "alguien que traía alegría al mundo". Nos unimos a la familia y amigos de Joe en la celebración pero también en el luto por la vida de un hombre maravilloso, quien su muerte, antes de tiempo, podría y debería haber sido evitada. También nos unimos a Bradley Country Incarcerated Resolutions en su trabajo para exigir justicia y equidad. En la oscura tormenta que es esta pandemia global, aprendamos de Joe; seamos todos arco iris, honrando y recordando a aquellos que hemos perdido.
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Este memorial fue escrito por el miembro del equipo de MOL Frances Keohane con información de los reportajes de Wyatt Massey del Chattanooga Times Free Press, Preston Steger de WRCBtv, Isaiah Kim-Martinez de News Channel 9, y una página de obituario por la familia a través de Jim Rush Funeral Homes. Translated by Manuel Perez / Traducida por Manuel Perez.